LA TRANSFORMACIÓN DE VENUS
LA TRANSFORMACIÓN DE VENUS...
Vista del volcán Maat Mons de Venus generada a partir de datos de la sonda Magallanes. Bajo las tóxicas nubes de ácido sulfúrico de Venus se oculta un mundo apocalíptico, con temperaturas que podrían fundir el plomo y presiones capaces de aplastar maquinaria pesada. En 2016, Michael Way, del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, y sus colaboradores aplicaron un modelo climático tridimensional al Venus primigenio y descubrieron que podría haber presentado temperaturas tan suaves como para albergar vastos océanos de agua líquida, el componente esencial de la vida tal y como la conocemos. Muchos científicos han postulado que Venus nunca albergó agua líquida.
Él y Del Genio piensan que ese factor es una nube de gran tamaño que podría haber aparecido en las etapas tempranas de la evolución de Venus y haber enfriado el planeta. A diferencia de la Tierra, Venus no rota sobre su eje una vez cada 24 horas, sino cada 243 días terrestres. Una atmósfera espesa podría favorecer la circulación de calor del lado diurno al nocturno y mantener Venus caliente. La idea de que Venus fue habitable en algún momento no es nueva, pero el presente modelo muestra cómo podría haberse transformado en un planeta inhóspito y descarta las teorías habituales.
«Hay una historia sobre Venus que nos contamos a nosotros mismos. » Sin embargo, el modelo de Way y Del Genio sugiere que la cubierta de nubes habría proporcionado suficiente sombra como para mantener agua líquida en la superficie de Venus incluso hasta hoy en día, si algo no hubiera llevado al planeta a su estado actual. Y si eso hubiera sucedido en Venus, se habría liberado suficiente dióxido de carbono a la atmósfera como para convertir el planeta en un invernadero apocalíptico, según los investigadores. Pero Vicki Hansen, geóloga de la Universidad de Minnesota Duluth que no participó en el estudio, señala que las observaciones de la sonda Magallanes, que orbitó en torno a Venus a comienzos de los años noventa, no respaldan su idea.
La cuestión sin duda es polémica, y algunos científicos siguen defendiendo que Venus nunca fue apto para la vida. Byrne cree que deberíamos enviar a Venus una flota de naves espaciales, con orbitadores, módulos de aterrizaje, globos aerostáticos, plataformas aéreas e incluso dirigibles. Las futuras misiones podrían ayudar a zanjar el debate sobre si Venus reunió en algún momento las condiciones necesarias para la vida y obligar a los astrónomos a ampliar su búsqueda de planetas habitables en la galaxia. «Si este escenario es correcto, eso supone que los planetas similares a Venus tienen posibilidades reales de albergar vida y no deberíamos ignorarlos», apunta Adrian Lenardic, geofísico de la Universidad Rice que tampoco tomó parte en la investigación.
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